La Insoportable Levedad del Ser Peronazi
El soldado japonés, Shoichi Yokoi estuvo 30 años escondido en las selvas de Guam, esperando aún que aparecieran sus enemigos de la Segunda Guerra Mundial.
Los peronazis viven perdidos en un laberinto aislado del mundo. Rapiñan dinero a los empobrecidos, que no pueden huir de la isla, y se masturban imaginando batallas contra la ultraderecha, negando ser ellos mismos una construcción del dinero robado a los judíos por El Fürher.
Concretada la victoria del Liberal Libertario sobre Unidos por la Plata ajena, y convertirse en presidente electo de La Argentina, escasos minutos después, aparecieron soldados del peronazismo, buscando granadas para lanzarle a Javier "Braden" Milei. Como decimos continuamente, la mafia no entrega el negocio. El estado es su instrumento de apriete, para confiscar la renta del trabajo privado. Por eso lo colman de fanáticos, dispuestos a sojuzgar a sus conciudadanos. Más simple: Se llama fascismo.
Esta locura del militante en guerra permanente, se mantuvo a través de las décadas. A veces con disfraz de proletariado de la tercera vía, otras como milicia castrista, y más tarde como víctimas de la dictadura que ellos mismos gestaron.
Año tras año, el proyecto del Cuarto Reich, financiado desde Berlín, con la anuencia del Vaticano, se reconvirtió en la KorporaSSión PeroniSSta. Un bloque de poder, basado en el control social por medio de la violencia, y la promesa eterna de ascenso de clase, sostenida en una revolución conservadora, para que nada cambie. El dúo destructor, Néstor K-Cristina F, reactivaron la fórmula de los 60´ "cuanto peor, mejor", llevando otra vez a adolescentes y jóvenes, al extremo de la lucha armada. Contra quién? Contra todos los que no se alinean y besan el anillo del jefe peronista: El Campo, la clase media independiente, el sector privado exportador, Bergoglio en Buenos Aires, Clarín, La Nación, Lanata y el Pato Donald. Hasta ahí, obviedades y lugares comunes, a los que se suman Estados Unidos y el enemigo inventado en 2003, Mauricio Macri, que recogió los pedazos del electorado de la UCR, y peronistas díscolos, con los que conformó su partido PRO.
Cuando la prensa adicta y la militancia ultra, agota la pelea contra "la derecha obvia", se busca potenciar el relato con conflictos autogenerados en el exterior.
Por supuesto que esta postura de guerra total y permanente, esta basada en algo simple y contundente. El peronismo es un partido militar. Para ellos es partido/estado/gobierno. En el poder no hay lugar para diferenciar uno de otro. Fuera del control del Ejecutivo, el partido militar peronista inicia las hostilidades contra el que haya ganado las elecciones. No importa si son Radicales, PRO, Radicales con PRO y ex peronistas, o el manager de Elton John. Hay piedras y Molotov para todes. Javier Milei no terminó de saludar como ganador del balotaje, que los militares disfrazados de perociviles, ya habián comenzado a recolectar cascotes y kerosene. Milei, como enemigo, les cierra por todos lados. Para ellos es misógino, negacionista, sionista, colonialista, cipayo e inestable emocionalmente. Casi todo lo que era Perón. Sin embargo lo odian. Ahora lo odian. Porque cuando MaSSa lo engordó para romper JxC, le sobaban el lomo.
Más obviedades
La razzia sobre los arbolitos croatas, mantiene el dólar en niveles esperables. Los amigos de MaSSa, sueñan con que explote todo el 11 de diciembre y vuele alto el sueño liberal libertario. Para poner un surtidor de nafta al inicio incendiado del nuevo ciclo, el ministro de economía saliente, liberó los precios cuidados.
El periodismo teatraliza una sorpresa. Francisco llama desde Roma al presidente electo. Se amplifica como un hecho casual y magnánimo. Se saludan ambos jefes de estado, y el pontífice le promete un rosario en breve. Parece todo risas y mariposas. Error. El mismo día, el ahijado de Bergoglio, Juan Grabois, le habla a su tropa y los incita a un golpe de estado. Luego se toma un avión y se va del país. Moraleja: Nunca. Jamás. Por ningún motivo, creas en un acercamiento amistoso de un jesuita. Su objeto y fin último es someter. A todos. No hay en ellos un gesto espontáneo. Todo es especulación y manipulación.
La Justicia, timidamente, comenzó hace semanas a hurgar en las tarjetas de débito, del multibrazos Chocolate Rigau. Perdió MaSSa. A los cinco minutos pidieron la captura de los jefes del cacao con azúcar. Los Albini, ambos soldados de MaSSa. Cuanto más lejos estás del portón verde de Olivos, más cerca estás del portón gris de Batán.
Brigde
Mauricio Macri esperó pacientemente su turno. Resignó la gambeta individual y jugó en equipo. Con los números reales en la mano, dejó que Patricia Bullrich, pateara un par de penales afuera, que Rodríguez Larreta no fuera ni al banco, y le quitó el Caballo de Troya a MaSSa- que engordó a Milei con tropa propia, para luego vaciarlo- y se lo clavó en el medio del pecho. Macri sodomizó en una misma jugada a Sergio MaSSa y a Cristina Fernández. Luego se vistió y partió para Arabia Saudita a seguir recaudando fondos y aliados para formar el gran bloque antiPuebla con Trump, Meloni, Bukele, Bolsonaro, Piñera, Santiago Peña y Lacalle Pou. Para el postre dejó en el frezzer un chupetín de brea para Tristelme.
El 10 de diciembre, podremos apreciar, como se organiza la patria pedregosa y la línea dura que bajan para las fuerza de seguridad. Para el control de la calle, el hombre elegido es Luis Rollé, quien estaba sepultado en vida en una tarea menor. Fue rescatado para controlar la calle. De la vieja escuela, forjado a casco, escudo y palo, conoce como desarrollar un anillo de protección, para que el presidente electo camine sin inconvenientes, hacia el Congreso y pronuncie su discurso. Ahí se verá si no perdió las manias, infiltrando entre el público, a los agentes, que prevean algún tipo de "loco suelto" o copito antilibertario.
Si estuviéramos en una sociedad madura, el kirchnerismo no hubiera existido. Alberto Fernández sería abogado del Gordo Valor, Sergio MaSSa, estaría preso por ser socio de Cositorto y Cristina Fernández daría cursos de ikebana en Sportivo Tolosa. Pero este afán, por vivir como estadounidenses, con soberbia francesa y horarios de trabajo de Finlandia, nos convirtió en una sucursal de Haití. La diferencia es que en Haití, si hablan francés. Nos esperan dos desafíos. Defender en la calle, lo que se ganó en las urnas y trabajar el doble, por menos plata. Si, claro. Se llama sacrificio. O pretendés que lo resuelvan los demás? Nop. Esta es una oportunidad más grande de lo que estimás. Mientras los fanáticos le hablaban a votantes de 20 años de edad, de dictadura, Falcon y Malvinas, nosotros seguíamos trabajando y aportando para que el barco no naufragara. Entonces...
¡Muy buen análisis!
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