Los hijos de puta vienen por vos...
Solange murió. Su padre no pudo verla por última vez. Tenía un cáncer terminal, y pedía a gritos estar con su papá para despedirse. A Pablo Musse no lo dejaron entrar a Cordoba. Cómo en una montonera de los caudillos del siglo XIX, lo cruzaron para que no ingresara a ver a su hija. Un test mal efectuado y un falso diagnóstico fueron suficiente para obligarlo a volver a Neuquén. Escoltado por patrulleros. Como un delincuente. En el viaje de regreso por la fuerza, no lo dejaron descansar, y obligaron a su cuñada discapacitada, que lo acompañaba, a hacer sus necesidades en la ruta. Como animales. Estos hijos de puta obedecieron órdenes de Claudio Vignetta, un funcionario de cuarta, sin criterio y sin pelotas para resolver un tema así. Para un incapaz es más fácil decir no. Martin Garay murió ayer de cáncer. Sus hijas no tuvieron permiso de San Luis para verlo. Lo pidieron 10 veces. Tal vez si hubieran sido actrices, tanto el Adolfo como el Alberto, seguro accedían a sus pedidos. Bien de