La Insoportable Levedad del Ser Peronazi
El soldado japonés, Shoichi Yokoi estuvo 30 años escondido en las selvas de Guam, esperando aún que aparecieran sus enemigos de la Segunda Guerra Mundial. Los peronazis viven perdidos en un laberinto aislado del mundo. Rapiñan dinero a los empobrecidos, que no pueden huir de la isla, y se masturban imaginando batallas contra la ultraderecha, negando ser ellos mismos una construcción del dinero robado a los judíos por El Fürher. Concretada la victoria del Liberal Libertario sobre Unidos por la Plata ajena, y convertirse en presidente electo de La Argentina, escasos minutos después, aparecieron soldados del peronazismo, buscando granadas para lanzarle a Javier "Braden" Milei. Como decimos continuamente, la mafia no entrega el negocio. El estado es su instrumento de apriete, para confiscar la renta del trabajo privado. Por eso lo colman de fanáticos, dispuestos a sojuzgar a sus conciudadanos. Más simple: Se llama fascismo. Esta locura del militante en guerra permanente, se man