Vidas. La disputa por el control del Kontrol se paga con vidas. La AFI(ex SIDE) ha cambiado otra vez de titular. Meramente decorativo, el Chivo Rossi, un fracasado ministro de Defensa, extraviador serial de armamento, reemplazó a la guevarista Cristina Liliana Caamaño Iglesias Paíz, la funcionaria que expuso públicamente los nombres de los espías bajo su mando*, declarando una guerra interna de la cual sabemos la fecha de inicio, pero es imposible anticipar cuando finalizará...y cuantas víctimas mas cobrará. Ser militante del peronismo, lleve este la máscara que lleve según la época, es bastante sencillo. Saltar, gritar consignas con la marchita de fondo, tocar el bombo no implica grandes riesgos. Cuando los vientos de cambio se ponen espesos de atentados con bombas, asesinatos entre facciones e intervención militar, ahí la mas maravillosa música es otra cosa.
Hay militantes K ocupando, asistiendo o no, lugares en la administración pública sin saber muy bien de que va su trabajo, engordando el gasto del Estado y pasando por caja sin recibir contratiempos. Una parte importante de esos militantes de la facción de choque conocida como La Cámpora ingresó en la AFI. Escuchar periodistas, caminar a secretarios de diputados opositores, coordinar reuniones entre operadores judiciales y fiscales o jueces, hoy no parece involucrar grandes sobresaltos. Todo lo contrario es infiltrar a otras instituciones, principalmente a aquellas que tienen férreas estructuras, que portan armas, que exponen sus vidas y que se basan en un verticalismo inflexible. Como La Policía. Como Gendarmería. Como el Ejército.
Ante el crecimiento de la opción "liberalota", o de ultraderecha, encabezada por el economista Javier Milei, quien tenia hasta hace días al "doble agente" Carlos Maslatón manejando sus movimientos políticos entre bambalinas, los camporistas que están debajo del Señor 5, decidieron evaluar si algo de ese caudal de jóvenes efervorizados con otra alternativa política habían sido cooptados por alguna fuerte personalidad de las fuerzas de seguridad, o al revés, parte de ese nuevo pensamiento antisocialista estaba penetrando en el Ejército, Gendarmería o en La Bonaerense. Motivando a sus propios militantes dentro de esas fuerzas, generándoles expectativas de brillo de espías en sus charreteras cuando fueran ascendidos, decidieron infiltrarlos en los cuarteles de los cuales desconfiaban, a fin de obtener la data fiel sobre para que lado juega la nueva oficialidad.
Los aspirantes a integrar el grupo de elite Geof(Grupo Especial de Operaciones Federales) se someten a un curso de 16 semanas en el Centro de Especialidades y Coordinación Operativa de la Fuerza de Operaciones Especiales y solo lo aprueba el 15%. Para integrar el 4T(Todo Tiempo Todo Terreno) es necesario, obviamente, resistir altas exigencias físicas, de hecho, en un simulacro de ingreso violento a un bunker narco, se lanzan bombas de humo reales y se portan armas con munición de plomo, tal es así que cada tanto hay que entrar a buscar a algún aspirante descompuesto y bañado en su propio vómito, pero que tuvo la suerte de no "comerse" un corchazo en el medio. Así el lugar del falso enfrentamiento, pero con consecuencias reales, recibió el apodo de "La Casa de la Muerte".
De vez en cuando cae algún aspirante en desgracia y queda mal para el resto del viaje. No es culpa del instructor, sino de la cadena de mando de la institución. Si el susodicho no pasó el examen físico previo, el llamado de un familiar con peso en la Fuerza para que le posibilitaran el ingreso, forzando este, termina en carrera frustrada y deterioro de su salud o peor.
La Jarra Loca
Hasta hace algunos años las reuniones y recibimientos a los "nuevos" en el Ejército incluían a los familiares de todos y no pasaba de alguna broma ocasional. Los "bailes" siempre existieron y forman parte del ritmo que le imponen los instructores para que te hagas "duro", también para acceder a la carrera policial y corre la exigencia para ambos sexos. Si entras, bailas. Sin duda. Para aquellos que relacionan esta realidad con el cine, están en lo cierto. Código de Honor, de 1992, dirigida por Rob Reiner es un "baile" al que someten a un soldado raso, que fallece por una deficiencia cardiaca mal diagnosticada.
En la madrugada del pasado 18 de junio el subteniente Matías Ezequiel Chirino se encontraba boca abajo sobre un colchón, en una barraca del Grupo de Artillería de Monte 3, Corrientes. Ante la lividez que presentaba se lo llevó en ambulancia pero los intentos de reanimación fueron en vano. Ya estaba muerto. La autopsia indica que fue por broncoaspiración de su propio vómito. El padre del fallecido indicó que desde el mediodía, los chats de wasap que intercambiaba la oficialidad con el que iba a recibir el "bautismo" lo conminaban a comprar alcohol, comida, cigarrillos con adjetivos en el trato que hicieron que su hijo le expresara antes de irse: Estoy todo cagado.
Hasta aquí, y con un pedido de segunda autopsia por parte de la familia, la versión oficial. Exceso en una "fiesta" y abuso de autoridad y 11 oficiales separados y con pedido de sanción o expulsión de la fuerza por parte del Ministro Taiana.
La versión extraoficial nos cuenta lo siguiente: La AFI camporista se lanzó a infiltrar soldaditos militantes en algunos de los destacamentos que suenan como "rebeldes", y podrían estar gestando una tropa con ideas de ultraderecha o en caso contrario ser influenciados por esas mismas ideas que provendrían de los nuevos movimientos a la derecha encabezados por proto dirigentes. Enterada la oficialidad de estos movimientos de topos dentro de su ámbito, decidieron, y no sería la primera ni la última vez, escarmentar al nuevo espía. Le aplicaron submarino de jarra loca. Una mezcla de 50 de alcohol y 50 de chimichurri; te obligan a comer, tomar y fumar hasta que vomitas, te tapan la boca con una toalla, respirando solo por la nariz, llevando el vómito a los pulmones, con una pistola en la nuca te vuelven a habilitar la boca y te obligan a tragar lo que queda de la jarra loca hasta que dejas de patalear ahogado. Después para ocultar ese descontrol te tiran a la pileta de agua sucia y con una noche fría de 3 grados se dirá que borracho te caíste.
El viernes pasado, el Cabo Michael Nathanael Verón tuvo que ser intervenido quirúrgicamente, luego de sufrir graves heridas en la espalda. Otra fiesta de bienvenida, en este caso en el Regimiento de Infantería de Monte 30, a 60 km. de Posadas. Verón también bebido compulsivamente, fue arrojado a una pileta...pero sin agua. Sobrevivió, aunque todavía no se sabe si volverá a caminar.
Algunas conclusiones sobre hechos y especulaciones. En menos de un mes, dos episodios similares, linkeados apresuradamente con el caso Carrasco. En esa oportunidad, la tragedia de un joven conscripto, estaba enmarcada en la agitación de un ejército que se veía acuciado por juzgamientos en tribunales federales, el señalamiento de la sociedad y la caída presupuestaria y enajenación de bienes que se avecinaban. Hoy, con salarios bajos, mas coroneles que soldados y parte de la sociedad, ahora pidiendo que se pongan de su lado, hay sectores en convulsión y, junto a la Policía Bonaerense y parte de Gendarmería no ven con malos ojos que la población tome la calle y reclame a la corporación política. Si las autoridades pretenden ser defendidas por las fuerzas, entonces no están entendiendo la grave situación, actualmente mas cerca de Sri Lanka que de Corea del Norte.
*Brevediario(perodosvecesbueno):VideoMatchPoint https://brevediariodegabihoy.blogspot.com/2021/08/videomatch-point.html?spref=tw
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