50 Sombras de Kris
Pastillita I
Néstor Kirchner tenía dos obsesiones que marcaron su vida. La primera, tener más poder y dinero que cualquiera que compartiera una mesa con el, aunque fuera un amigo. La segunda, que no le cogieran la mujer. Solo pudo concretar una de las dos obsesiones...
En la época en que Kris no usaba la palabra "machirulo", en los brillosos ochenta, en el Boxing Club de Río Gallegos, durante una fiesta repleta de gente de la ciudad, ella bailaba tomada de los brazos de un capitán del ejército, joven, alto y extrovertido. Pero mucho no pudieron danzar y hablar; Néstor, que la había perdido de vista hablando de guita con sus amigotes, la descubrió en el centro del salón, y sin que mediara palabra, la zamarreo del hombro y la bajó por las escaleras a los gritos hasta la calle, mientras el resto de los asistentes murmuraban con asombro.
Pastillita II
A Kris no le gustan los criollos morochos, los PJ de bombo y olor a vino. "El Pueblo" está bien para conseguir votos y mano de obra barata, "grupos de choque" para apretar "contreras y gorilas", pero no los toca ni con un escobillon. Ya en Casa Rosada no permitía que el personal administrativo y de maestranza la mirara a los ojos, y no saludaba a nadie, salvo a los ministros. A ella la cautivan los "chicos y chicas bien", si son egresados de universidades privadas mejor. Si las chicas tienen doble apellido, las ubica en altos cargos. Si tenés ojos claros, te deja hablarle y contarle tus planes de Argentina Nacional y Popular.
Una noche en Olivos, cuando Néstor decidió que ella fuera la candidata a Presidente, cenaban junto a Alberto Fernández, y para el café, Kris les comentó que había conocido a un muchacho de la Anses, que le presentó Sergio Massa, un tal Boudou, que la dejó encantada con sus ideas para sacarle todo el capital a las AFJP, y tal vez, podría ser su ministro de economía. Tanto Néstor como Alberto, le insinuaron que ese joven proyecto tenía fama de ser rápido con el dinero ajeno(si, ellos se asombraban. Imagínate) a lo que Kris respondió con altura. Les tiró desde la escalera con los stilettos ...la historia que continuó es conocida. El más Amado fue ministro de economía, destruyó lo ahorrado en las AFJP, luego vicepresidente y no olvidemos que una semana después de la muerte de Néstor, avanzó con todo ímpetu sobre Ciccone y la máquina de hacer dinero...
Pastillita III
En la foto, guiando a Kris, se observa al hoy comisario Diego Carbone. Es jefe de la custodia de la sra Fernández, con lo cual también es jefe de todas las custodias y le ladra hasta a sus superiores, que le reportan todo. Carbone era principal de calle de la Federal cuando Néstor era Presidente, y lo nombraron custodio. Cuando Kirchner tuvo el primer ataque cardíaco, Carbone dono sangre y le dijo a Kris_ Sra. prepárese que con mi sangre, el jefe va a estar hecho un toro!
La frase le pareció una guarangada a la presidente, pero le quedó la intriga de la sangre de toro...
Hacía 2013, Carbone cenaba a solas y seguido en Olivos con Kris, y paso a subcomisario y comisario, volteando muñecos y escalafones como nunca antes en la historia de la Federal.
No fue en lo único en que ascendió. Económicamente tuvo un inexplicable crecimiento, para un sueldo de comisario. En 2012 declaró un patrimonio de $363.888-; pero para el 2017, declaraba 2.906.572 pesos. Acompaño a Kris a Cuba. Y ella no lo descuida. El es campeón de kickboxing, y le da permiso para entrenar y viajar a competir.
Hoy el comisario Carbone vive en un country en Benavidez, es accionista de una empresa metalúrgica (Propulsider SRL), en CABA, Moliere al 2500; su mujer también se volvió empresaria y regentea un camping a través de Comarca de la Ventana SRL. En enero de este año, la ministra Frederic nombró a Carbone como Titular del Departamento de Seguridad Vicepresidencial y Jefatura de Ministros. Hombre dúctil y versátil, según dice el resto de los custodios del poder ejecutivo, deben gustarle las mascotas. Afirman que Carbone le cepilla el caniche a Kris.
Impecable ! Cada vez les tengo mas rabia
ResponderBorrarNo me interesa la vida privada. Salvo cuando la bancan con nuestros impuestos.
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