La Involución de Mayo
El deseo es extorsivo. La clase media argentina-los despojos, que de ella quedan-siempre presumió. Presumió ser media alta. Resignaba las cenas, con un café con leche, para vacacionar o cambiar el auto antes que el vecino. Esa actitud de narcisismo vacuo y alcobas con lágrimas, generó la apertura de una enorme ventana pavloviana. Ese deseo irrefrenable por volver de Miami con las valijas repletas de remeras de Gap, le franqueó el paso al Gliptodonte Populista. Ese Monstruo aprovechó la oportunidad, y propuso la extorsión: - Te doy la sensación de ascenso social, y a cambio me darás tu voto por veinte años. - Acepto-dijo la familia topo, sin mirar la letra chica, Y llenó su vida de subsidios, asado en quinchos, aire acondicionado y escapadas de feriados. Cumplidos los veinte años, llegó la factura y la kruda verdad. No sos clase media alta. Es más, no sos clase media. Peor aún. Esa prepaga, ese colegio bilingüe y esa señora tres veces por semana, se evaporan como el mundo de Neo en